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Mi mejor consejo: Escucha a tus hijos


A mi consulta llegan muchas personas buscando orientación con respecto a alguna situación en particular, entre otras cosas. Muchas veces esa primera consulta, ya les da un sentido de alivio al salir. Y es que ser escuchados por alguien que no emite un juicio de sus acciones, es siempre reconfortante. La clave es precisamente el escuchar. Cuando el otro nos escucha con interés y empatía, nos sentimos reconocidos. Se le está dando un lugar a lo que queremos decir, a lo que sentimos.

Si tuviera que darles uno de los mejores consejos desde mi perspectiva profesional a madres y padres de familia, sería que escuchen a sus hijos. Parece fácil pero realmente no lo es. Verás, la llegada de los hijos, muchas veces viene con cierta carga de expectativas. Uno no se da cuenta, pero desde el deseo de tener hijos vamos generando ciertas expectativas de ellos: que sea futbolista o bailarina, que le guste el arte, las ciencias o las matemáticas, que se parezca a mamá o papá en esto o aquello, etc. Cuando por fin llega ese bebé, viene a llenar de emociones distintas a las personas que lo esperan, y quienes mientras lo esperan, se hacen ideas de cómo podría ser esa personita. De alguna u otra manera, se van colando algunas expectativas en estas ideas.

Durante su desarrollo él o ella va cumpliendo esas expectativas… o no. Y ahí es precisamente donde nos tendríamos que poner a reflexionar. Qué tanto lo que le exijo a mi hijo o hija tiene que ver más conmigo que con él o ella. Es decir, qué tantas expectativas le he ido generando que no me he permitido escuchar u observar quién es, cuáles son sus gustos o disgustos, pasiones y preferencias. En el mejor de los casos, el ser humano desde pequeño va descubriendo el mundo con ayuda de los que están a su alrededor y a su cuidado. Por medio de los aprendizajes que va adquiriendo, puede ir reconociéndose y eligiendo lo que quiere y no quiere, lo que le gusta y lo que no.

Cuando dejamos de generar expectativa, podemos comenzar a escuchar y observar. Le damos entonces lugar a lo que ellos o ellas son o quieren ser. Muchos de los motivos de consulta de infantes y adolescentes se encuentran directamente relacionados con una necesidad de ser escuchados y que se les den lugar a sus deseos. Y quién mejor para hacerlo, que sus padres.

Para escuchar a tus hijos, basta con acercarse. Estar ahí presentes en su desarrollo sin imponerse o cuidarlos demasiado, es decir acompañándolos. Siéntate con ellos, ríe, juega, dibuja, sorpréndeles con alguna idea. Hazles saber que estás ahí para ellos. La clave, mencionada anteriormente, es no imponerse. Imponerse es marcarles lo que deben hacer en un juego, dirigirles o corregirles sus errores y enfocarse en eso, ayudarles o hacerlo por ellos. En edades muy tempranas, esto es permitir que el bebé haga todos los intentos necesarios para insertar la figura en el agujero correcto, o usar el juguete andador y caerse, levantarse e intentarlo de nuevo. Mamá y/o papá pueden estar ahí cerca, para asegurar su seguridad, pero sin hacer el trabajo por ellos.

En el caso de niños más grandes, jugar con ellos debe ser más bien divertirse, permitirles aprender de sus errores, ser espontáneos, ocurrentes, creativos. Cuando uno le da lugar a lo espontáneo, por ejemplo, que el niño o niña quiera jugar el UNO con distintas reglas, se le está permitiendo crear. No se le está sancionado la idea o dirigiendo hacia las reglas ya establecidas. Entonces se le está dando lugar a lo que viene de sí, donde se refleja su ser. Esto implica para juegos con hijos de todas las edades.

Con el adolescente, la situación es distinta. Escucharlos es estar ahí para ellos, preguntarles por su día y cómo se sienten, darles lugar a sus ideas en la medida de lo posible, buscar tiempo para convivir y estar en compañía de ellos. Cada hija o hijo merece su espacio y tiempo con mamá o papá. Se puede hacer por medio de una invitación a tomar un helado, ver una película o hacer algo que le guste particularmente a ella o él. En estos momentos también se puede aprovechar para platicar y escucharlos. El adolescente se encuentra en una etapa de búsqueda de identidad que puede llegar a ser muy difícil, incluso para los padres y familiares. Puede haber peleas y discusiones, gritos y malas palabras, dependiendo qué tan difícil sea la etapa para esa persona en particular. Por otro lado, también puede ser que el adolescente busque aislarse, quiera estar todo el tiempo en su habitación, o en el celular, con sus videojuegos, o en compañía de sus amistades. Es todavía más importante estar presente y hacerles la invitación antes mencionada. Es importante también involucrarse en sus estudios, teniendo comunicación con sus instituciones educativas, estando presentes, motivándolos y mostrándoles que los estudios son importantes para ustedes. Solamente así ellos encontrarán la motivación.

Otra de las razones por las que muchos adolescentes sufren, es porque sus padres ya tienen una idea muy clara de lo que quieren para ellos. Una carrera o área de estudios por la que deben irse, un trabajo específico o la herencia de un negocio o empresa. Esto hace que muchos de ellos se pierdan en la búsqueda de identidad, por cumplir con dichas expectativas y satisfacer a sus padres. Quizás aquí es donde implica el mayor de los sacrificios para los padres. Hacer a un lado sus propias expectativas tan específicas, y dar lugar a lo que sus hijos quieran hacer con respecto a su futuro. Por más difícil que sea.

El acompañamiento adecuado de los padres con sus hijos es muy importante para su salud mental. Ellos están bien cuando tienen padres que los escuchan y les dan lugar a sus propias ideas y deseos. Quizás no sea algo que se pueda hacer de un día para otro, pero sí algo que se tenga presente y se trabaje día con día.


Conoce a Inés

Inés Ponzio

Lic. En Psicología por la UANL, con especialización en psicología clínica con niños y adolescentes por la UBA. Tiene experiencia en el área educativa y en la consulta privada con enfoque en psicoterapia psicoanalítica para niños, adolescentes y adultos jóvenes. Puedes encontrarla en su correo: lic.mainesponzio@gmail.com


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