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La Otra Mujer, la que era antes de la maternidad

Dra. Marcela Córdova







¿Quién es la otra mujer? Es aquella que alguna vez fue novia, que salía de fiesta, delgada, la deportista, la arreglada, la trabajadora, la que tenía una vida sexual divertida, la que siempre estaba feliz o al menos eso percibíamos de nosotras mismas y muchas más “etiquetas” que nos pusimos o nos pusieron, pero al presentar nuestros cambios hormonales de la edad adulta, estas etiquetas se caen y sale una mujer que apenas estamos conociendo: la “andas en tus días”, la embarazada, la madre, la esposa, la que tiene sueño, la que le duelen los pechos al amamantar, la abuela, la sensible, la que no quiere tener relaciones sexuales o quieres tener muchas, etc etc etc.



Las mujeres tenemos un mayor riesgo de padecer enfermedades mentales, principalmente depresión, los psiquiatras asocian este riesgo a eventos reproductivos y cambios hormonales (pubertad, premenstrual, pre y postparto, menopausia). Además de los cambios ambientales, el estrés del día a día y en esta “nueva normalidad” le agregamos una pandemia.



La hormona liberadora de gonadotropinas (GnRH) estimula la producción de hormonas que regulan el ciclo menstrual, FSH y LH, estos pulsos de GnRH se regulan por otros factores que influencian su secreción o inhibición. Mientras que en las gónadas hay receptores para FSH y LH, los cuales se “prenden y apagan” durante las fases del ciclo menstrual, para lograr el crecimiento folicular, la ovulación y la menstruación. Estas hormonas suben y bajan dando los cambios de ánimo que experimentamos en nuestro ciclo, combinadas con estradiol, progesterona, melatonina, inhibina, testosterona, leptina, cortisol, hormonas tiroideas, entre otras que están en nuestro sistema.



En caso de lograr un embarazo la placenta secreta sustancias para sustentar el embarazo y al término de este, se caen abruptamente, causando un “apagón hormonal”, asociado a los cambios propios del puerperio y la depresión postparto.



Diferencia “baby blues” y depresión postparto, el principal dato es el tiempo, los baby blues pueden durar desde los primeros días del puerperio hasta 2 semanas, se caracterizan por cambios de humor, llanto o tristeza, irritabilidad o ansiedad, dificultad para dormir los cuales van desapareciendo; en cambio, la depresión postparto tiene una duración mayor además que se agregan cambios severos en el apetito, sentirse muy cansada o fatigada, pero con insomnio, no poder experimentar alegría, baja autoestima, aislamiento (incluso del bebé), sentimientos de culpa o vergüenza, tener pensamientos sobre auto lastimarse o al bebé. En este caso, la depresión no desaparece por sí sola y es inminente buscar ayuda. El porcentaje de presentar esta depresión, según la OMS es de un 35%.



¿Cuáles son los síntomas de depresión? Sentirse muy irritable, triste, sin esperanza, abrumada, no tener motivación, llorar sin razón, cambios en tu alimentación, falta de apetito, cambios en el aseo o cuidado personal, alteraciones en el sueño, dificultad para concentrarse, no poder tomar decisiones, no recordar, pérdida de interés, aislarse, disminución del deseo sexual, ponerte en riesgo, poner en riesgo a los demás, tener síntomas de ansiedad (palpitaciones, miedo, agitación, sudoración, respirar muy rápido, mareos). Cuando son persistentes por más de 2 semanas, aunado a cambios en los hábitos o la calidad de vida, son focos de alarma que hay que prestarle atención.



El INEGI en 2020, señala que un 30% de la población mexicana ha presentado alguno de estos síntomas a lo largo de su vida, mientras que un 12% los ha presentado con más frecuencia o persistentes. Es la principal causa de suicidio a nivel mundial. Las mujeres tenemos un doble riesgo de presentarla, siendo la primera causa de deterioro de la calidad de vida en nuestras mujeres mexicanas (9a en los hombres). En los últimos años se ha quitado el estigma de los antidepresivos y los psiquiatras, así buscando ayuda a más temprana edad, lo que previene abuso de sustancias, violencia, baja autoestima y suicidio.



Es normal cambiar, tu cuerpo, tus emociones, tu sueño, tu apetito, tu lívido, hasta tu cerebro. Pero ¿hasta qué punto es normal? ¿hasta cuándo se tiene que buscar ayuda? Muchas mujeres sienten pena o culpa y retrasan esta ayuda, sin saber que la orientación profesional puede mejorar las cosas. La terapia debería de ser parte de nuestra canasta básica, el dejar de minimizar la salud mental, ha ayudado a muchos profesionales a poder ofrecer estos servicios y a más personas el buscarlos, el entender que todo tiene un por qué y que nuestras hormonas juegan un papel muy importante. Por ende, el estar bien como mujer es integral. Y recordar que nunca dejarás de ser tú, solo serás una versión diferente. Necesitas ayuda, ¡búscala!!! El tener una versión diferente de nosotras, puede ser una sorpresa maravillosa.



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