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Ana Cristina Sanchez






La felicidad parte de nuestras principales emociones. Es un estado autopercibido. Cada quien define ese bienestar de manera personal e influye en nuestra manera de actuar. Naturalmente, todos queremos y buscamos ser felices. La felicidad ayuda a sentirte bien; a tener satisfacción, motivación y al tener actitudes positivas. En años se ha buscado un significado de la felicidad con el que todos nos identifiquemos y queda muy general porque cada persona vive la felicidad de forma diferente.


Pienso que no hay mejor momento que el ahora para sentirnos alegres y disfrutar. Agosto es muy bonito, ya que hay diferentes celebraciones que nos recuerdan de vivir con plenitud como lo son el Día Mundial de la Alegría, Día Internacional de la Juventud y el Día Mundial de la Asistencia Humanitaria. Estos festejos demuestran cómo ha sido importante la felicidad en los diferentes países sin descartar edad y género. Y no dejemos de lado las demás celebraciones como cuando hay cumpleaños, graduaciones y aniversarios.

Nos encanta tener esos momentos bonitos y de alegría, pero también a veces nos empeñamos a destacar lo negativo al buscar que todo sea y salga como queremos limitando ese sentimiento de felicidad al no ser auto realizados y que nos traen sentimientos negativos.


Uno puede pensar que entonces para ser felices hay que eliminar la tristeza, el estrés, la ansiedad, el enojo, los dolores, etc.


¿Cómo le hacemos?

Pareciera que necesitamos un milagro porque lo común es tener altas y bajas emocionales con las que llegan de todo tipo de sentimientos que probablemente no siempre se puedan controlar para reaccionar como creemos se debe hacer. La buena noticia es que siempre se puede actuar al respecto en torno a la búsqueda de la solución en alcanzar ese estado de plenitud que nos da paz y por lo tanto libertad para disfrutar y sentirnos bien.


Pienso que algunos cambios nos pueden transformar a llevar la felicidad como una forma de vida ya que existen cosas que se pueden intentar.

Les comparto lo que en lo personal me ha funcionado para ser y sentirme mejor/ más feliz y tener un mayor balance en mi vida.


A pesar de que hemos aprendido cada vez más acerca de la importancia e impacto de nuestros pensamientos y emociones es muy necesario no dejar de poner atención a tu salud física ya que una buena nutrición, ejercicio y horario de sueño pueden hacerte sentir mejor en apariencia, pero sobre todo impacta en tu estado de ánimo al aportar las vitaminas que necesitamos, y liberar sustancias como la dopamina que crean sensaciones placenteras y hasta mejoran conexiones cerebrales, que pueden evitar enfermedades y medicamentos. Pienso en la frase que seguido escucho de mi marido; “si guardas orden este también te guardará” y no me refiero solamente a la limpieza. Me han ayudado el tener descansos pequeños entre actividades, el tener una rutina de un horario adecuado para dormir, el comer mejor incluyendo ciertos alimentos que antes ni pensaba o descartaba, el no dejar de por lo menos hacer estiramientos si según yo no encuentro el tiempo para más, etc. La salud aporta en tener un mayor balance integral en mi vida.


Te invito a tener o buscar actividades placenteras que te ayuden a distraerte de tus pendientes, disfrutar y de cierta manera descansar/relajarte al permitirte dar un respiro y así reducir estrés y ansiedad. Por ejemplo, cada que necesito dibujo/pinto, escribo, juego con mi hija... incluso el hecho de palomear lo que he hecho o logrado en mi lista de pendientes me ayuda a disfrutar y ver las cosas más positivas y con menos preocupaciones o cansancio.


Mantener Conexión con las amistades y familiares así como con tu mundo exterior. El tener ese contacto con mi familia y amigas me llena de amor y me da un espacio para el desahogo y expresión. Existen momentos de empatía que ayudan a no sentirme sola y que soy aceptada y comprendida. Estos intercambios también me cambian la perspectiva de vida porque el compartir te abre la mente a otras posibilidades para seguir adelante, solucionar, aprender y crecer en mente y alma.


Algo que me encanta y busco no dejar a un lado todos los días es el reflexionar y lo hago generalmente iniciando mi día con un cafecito, ya que en las noches me siento más cansada y lo que quiero es cenar y dormir. La meditación me ayuda a organizar mis pensamientos, a tener tranquilidad, a serme más sincera y coherente con lo que siento, quiero y hago. Es un momento de reconocimiento y aceptación. Darte ese tiempo ayuda a conocerte desde el interior para poder tener mejor control emocional uno mismo en vez de ser o sentirse controlado. Encuentras un respeto a ti mismo porque somos más de lo que pensamos. Me he dado cuenta de que generalmente nadie es culpable de lo que me suceda ni yo soy de lo que le suceda a los demás. Es otra de las razones por las que hay que saber perdonar y perdonarnos y eso trae mucha paz.


Una parte de tener un bienestar integral humano es buscando tu crecimiento espiritual. El cáncer me enseñó a valorar la vida aceptando mi presente y agradeciendo lo que existe y lo que tenemos. Saber que “a pesar de” estoy completa, con mi familia y amistades y el saber que se puede. El simple hecho de estar viva en este mundo me da satisfacción. La vida nos la regalan en cada día e instante. Me es impresionante lo que somos y tenemos y todavía batallamos en entenderlo y compartirlo. De ahí es de donde igualmente valoro lo que es el ser generoso y dar sin esperar nada a cambio poniéndonos en manos de Dios. El no darnos por vencidos con lo que se nos presente porque desvíos, equivocaciones o cosas inesperadas siempre hay. Recuerdo constantemente la certeza y esperanza de que todo será como debe de ser y la resiliencia que todos podemos tener.


Ana Cristina Sánchez



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