El Perdón en las relaciones

El perdón pareciera una palabra mágica, reparadora y llena de esperanza. Cuando una pareja está en desacuerdo y al final de la discusión se piden perdón; se esfuma casi por completo ese ambiente negativo, dejando un espacio abierto que da paso al amor y que te hace sentir bien.
En nuestra cambiante vida vienen todo tipo de experiencias; pero dado a que nadie es perfecto, hay veces en las que llegan momentos que no nos gustan, con los que no vamos de acuerdo, u opinamos diferente, etc; y que preferimos alejar, separar, desaparecer y evitar, o corregir a nuestra manera.
Estos eventos suelen penetrar más nuestros pensamientos y quedarse grabados en nuestro inconsciente en especial cuando la situación es con las personas que más quieres o convives (en las relaciones más íntimas, como con la pareja, hijos, hermanos, o los amigos más cercanos). Llega a suceder con las relaciones de mayor conexión por la confianza en el hacer y decir y por querer pertenecer y agradar.
Cuando alguien te ofende, te miente, te levanta la voz, te critica, te intenta manipular, o de otra forma te falta al respeto y no es prudente; pareciera que rompe tu corazón., se impregna en tus pensamientos y llega esa lluvia de sentimientos en los que parece que te ahogas.
Al no existir una comunicación asertiva y coherente y el tema queda en el aire por no querer afrontar o remendar las cosas, y pensando en que la situación desvanezca sola; probablemente nos hacemos daño a nosotros mismos y/o al otro que por egoísmo y expectativas no tomamos en cuenta, dejando la herida mal enmendada. Cada vez que vuelve a suceder algo parecido, recuerdas el momento pasado, revives esa ola de sentimiento, e incluso hace más intenso ese desagrado y la relación termina lastimada.
En vez de hablar y buscar reconciliarnos, le damos vueltas y vueltas a lo mismo hasta que está tan grabada la idea en tu mente, que no es fácil deshacerte de ella. Cargamos el equipaje con tantas cosas, que no soltamos u olvidamos en esa falta del perdón.
Por ejemplo, quizá tu marido te diga algo en forma de broma acerca de tu ropa, cuente a otros de lo que alguna vez dijiste, te detenga en lo que haces o dices porque le molesta, o no lo tomaste en cuenta, o se enoja porque ‘tiraste’ una bebida... hay un sin fin de posibles casos; pero por tus propias emociones en relación a otras experiencias en tu vida, no te agrade o pienses que es incorrecto/inapropiado, y comienza la disputa. La meta no es ganar, sino llegar a una solución o acuerdo en donde ambos puedan estar tranquilos.
¿Para qué engancharte? Generalmente comentamos sin pensar o por querer buscar el bien para el prójimo; más nos enredamos entre excusas o querer tener la razón. No nos damos cuenta si nos encerramos en nuestro propio argumento.
En lo individual; quiero vivir, no sufrir sin razón o haciendo algo más grande de lo que es. Soy una mujer que ha trabajado mucho en buscar el perdón sincero... reconocer, aceptar, y empatizar, para continuar una relación sana en la que cada quien ya eligió estar, y que decidimos tomarla para disfrutar, ayudarnos y superarnos en unión y como individuos. Hay que perdonar al prójimo y a nosotros mismos. La reconciliación te hace sentir bien y hasta más conectada por ejemplo con tu pareja con ese perdón verdadero.
En toda relación existen desacuerdos. En mi caso después de haber tenido Cáncer Cerebral., hubo un sin fin de cambios y variantes con los que se vinieron miedos, dudas, resentimientos, enojos, etc. Parecía que mi marido y yo estuviéramos en un cuento de nunca acabar y que ya era tanto, que si seguía, íbamos a tener que romper/cortar la relación por estarnos lastimando.
Ninguno queríamos eso, y aunque no nos parecía así en el momento, lo que en realidad hacíamos era cada quien por su lado buscar hacer cosas buscando que la pareja entienda/recapacite/mejore., pero no era la manera y no funcionaba.
Al final para ambos sería mucho más terrible estar separados porque nos amamos y queremos esa unión en matrimonio y familiar. Así que decidimos que esa tormenta podría mejorar con ayuda. Nos negamos en cuanto a que la ayuda sea para ambos; hasta que decidimos ir a un retiro de sanación matrimonial... que a nuestra sorpresa no era lo que esperábamos. Ahí aprendí cómo el estar bien con uno mismo y comunicándonos tranquilos y con escucha; ayuda también a estar bien como pareja. Desde ahí, después de reflexionar, reconocer, aceptar, agradecer, perdonarnos, expresar nuestro amor y deseos por la pareja, y recordar que tenemos a nuestro papá del cielo que nos ama como no lo imaginamos... llegó el sincero perdón y todo mejoró.
Hay que buscar nuestro centro y equilibrio en la crisis; una solución buscando ser mejores y para el otro. Como dijo el Arzobispo Rogelio en un discurso; “La unión es siempre crecimiento”.
El perdonar no es aguantarte y dejar ir; implica ser fuertes y tener una reflexión y reconocimiento para poder y saber pedirlo; y también fortaleza interna, sacrificio y aceptación para darlo.
Les comparto mis 5 tips a tomar en cuenta para perdonar y llevar una vida más ligera y con menos carga de conciencia al toparte con situaciones disruptivas:
Comunicación con empatía - Tus sentimientos y los de tu pareja no son los mismos ni se piensan igual o en el mismo momento, y hay que hablarlo, en vez de suponer. Anímate y acércate a hablar buscando el momento preciso (ahí mismo, o cuando ambos estén más dispuestos). La situación ya es desfavorable y se está buscando una reconciliación; así que es importante el tono en que lo hablen (sinceros, en calma, sin crítica y abiertos al diálogo). No te lo guardes cuando sea algo que te hace sufrir y que se puede quedar en un disgusto acumulativo. La actitud que tomes cuenta mucho. Responde amorosamente y con esperanza. La manera en que se dicen las cosas puede evitar el sobre enojo y también esa calma te puede ayudar.
Escucha - Hay que salir del ‘yo’ para entenderse mejor el uno al otro. Recuerda que no estás tú solo en esta vivencia y estar atento al entorno es indispensable.
Deja de darle vueltas al asunto - en vez de rodear lo negativo, busca también lo positivo y/o el aprendizaje. Seguramente tu visión cambie y te sea más fácil hacer frente a tu “problema”.
No te culpes - ni te hagas el mártir. Como decía un amigo; “no te sientas afortunado”; haciendo alusión a que a veces pensamos que somos los únicos con ese tipo de problemas cuando hay más personas que también lo viven. Somos seres imperfectos y los errores, faltas, desacuerdos, cambios; van a seguir sucediendo y no tenemos que personalizarlo a tales niveles.
Todo pasa; para qué te estresas tanto cuando hay opciones y/o solución y la vida sigue. Si continuas regresando al pasado quiere decir que hay que volver a reflexionar y hablar con tu ser querido porque quedaron dudas o temas sin reconocer o aceptar.

Conoce a Ana Cristina Sanchez
Graduada de Estudios de Psicología Organizacional en el 2007 del Instituto Tecnológico de Estudios Superiores de Monterrey. Certificada de estudios de Diplomado en Tanatología en el 2019 de la Fundación Elizabeth Kübler-Ross - en convenio con el Tecnológico de Monterrey.
Pintora (www.cristys.com); me he dedicado a este arte después del Cáncer., así como a la Fundación para el apoyo al cáncer cerebral (Fundación www.alcanc.org).