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Mujeres en la Pandemia

Como buena Mexicana, asocio el mes de mayo con el mes de las madres y este año es muy particular por la situación pandémica por la que estamos atravesando; se vuelve especialmente interesante y relevante para mí que hay evidencia con métricos de cómo las mujeres líderes han hecho un manejo formidable de la situación. En específico hay dos ejemplos que llamaron mi atención: Nueva Zelanda liderado por la Primera Ministra Jacinda “Jaz” Arden y Alemania con la Canciller Angela Merkel al mando.


En el caso de Nueva Zelanda, el 28 de abril declaró que se había logrado controlar las infecciones comunitarias y en el caso de Alemania, aun cuando tienen un alto número de infectados, la tasa de mortalidad se ha mantenido baja y tienen un sistema de salud robusto con la capacidad para manejar a los enfermos. Entonces me pregunté qué características o comportamiento han tenido estas mujeres que las distinguen de sus homólogos masculinos; he aquí mi opinión:


Rápida toma de decisiones (“agarran al toro por los cuernos”)

Mientras que otros líderes dudaban de la magnitud y veracidad de la pandemia y otros vacilaban sobre cómo manejar la situación, estas mujeres líderes tomaron decisiones de manera rápida, basadas en métricos e información de expertos. Esto contribuyó a que las medidas de control se aplicaran con mayor rapidez y se pudiera controlar el contagio de manera más rápida y efectiva.


En un discurso a la nación, el 14 de marzo, Jacinta Arden dijo que “había que luchar con fuerza y rapidez” y su país fue de los primeros en ordenar cuarentenas obligatorias para todos los que llegaran a su país, aun y cuando solo tenían seis casos en toda la nación.


Toman la decisión que consideran la mejor, aunque no sea la más popular

En este proceso de toma de decisiones, se hizo evidente que varios líderes antepusieron el potencial impacto que sus decisiones tendrían en su imagen e intereses políticos y económicos, al impacto en la salud y vida de sus ciudadanos. Incluso vimos cómo varios mandatarios minimizaban la existencia del virus y actuaban contradiciendo las recomendaciones de científicos expertos que alertaban de la gravedad de la infección. Esto ocasionó que varios países tomaran medidas de contención cuando el número de contagios iba en franco ascenso. Las medidas tomadas por Jacinta, además de ser impuestas con mucha mayor rapidez que otros países, fueron más radicales, no solo con el fin de desacelerar la tasa de contagios sino de eliminar la posibilidad de nuevos brotes y esta estrategia rindió frutos: con una población de 4.9 millones de habitantes, lograron reducir la tasa de infección de un máximo de 146 casos a finales de marzo a unos cuantos caso a mediados de abril y a cero nuevos casos y cero contagios comunitarios para el 26 de abril. Aunque esto no significa que la posibilidad de contagios se ha eliminado (esto será posible hasta que haya una vacuna), es un gran logro que no han tenido en otros países.



De igual manera, en Alemania, un país especialmente sensible a la perdida de la libertad dada su historia que mantuvo una Alemania dividida por años, las medidas restrictivas impuestas a tiempo han permitido tener una tasa de infección y mortalidad controlada y muy por debajo de otros países como Estados Unidos, Italia y España.

Ambas líderes tomaron decisiones que no eran las más populares pero que eran las mejores (respaldadas por la ciencia) y los resultados lo comprueban; como valor agregado y sin ser lo que ellas buscaban, ambas líderes cuentan con tasas de popularidad más elevadas y la confianza y el respeto de sus ciudadanos.


Actúan con empatía

A diferencia de otros mandatarios, estas líderes mujeres han guiado sus acciones demostrando una franca empatía. Han tenido la sensibilidad para tomar decisiones, guiadas por “ponerse en los zapatos” de sus ciudadanos. Sus discursos, además de concisos, han logrado conectar con la gente de tal manera que los ciudadanos han confiado y acatado los lineamientos impuestos por sus gobernantes. En específico Angela Merkel, quien se había caracterizado por un estilo de liderazgo “analítico, impávido y cauteloso”, ha mostrado una sensibilidad controlada y acorde con la situación que se vive en su país. Ha logrado un enfoque unificado, haciendo que tanto el gobierno federal como los estados trabajen juntos, y no de manera contenciosa y separada como hemos visto en otros países como Estados Unidos.


Tanto Jaz como Angela lograron un llamado a la unidad a través de discursos con la sensibilidad suficiente para conectar con sus ciudadanos y modular el temor a través de un manejo empático e informado (sustentado por métricos y expertos en salud); han logrado contener el impacto de la pandemia a través de la empatía.


En conclusión, y sin intención de opacar al género masculino, resulta interesante y admirable ver cómo bajo esta situación fuera de serie que estamos viviendo, resaltan las figuras femeninas con rasgos que son más atribuibles a su género y que han marcado una diferencia en el manejo y bienestar de sus comunidades. Estoy segura que así como ellas hay muchas mujeres haciendo la diferencia en sus entornos: madres, enfermeras, maestras, esposas, hijas, por mencionar algunas. A todas nosotras nos invito a vernos en el espejo y dar gracias por ser mujeres con la sensibilidad y empatía para contribuir en hacer de este mundo un lugar mejor.


Conoce a Monique Monique es una mujer que vive la experiencia de estar en una aventura con su esposo en otro país. Como columnista invitada va a tocar temas de la vida real, diaria desde una perspectiva única, fresca, honesta y real.

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